
Es cierto que a diferencia de lo que ocurre en las tiendas a pie de calle, en Internet todo está a un clic. La competencia es feroz. Pero a menudo nos obsesionamos con vender. Bombardeamos al usuario cuando aterriza en la web con todo tipo de llamadas a la acción. Le enviamos correos automatizados si no han comprado nuestro producto. Lo perseguimos como si no hubiera un mañana. Compramos enlaces y datos y acosamos a un cliente potencial inocente que se pregunta quiénes somos y por qué no lo dejamos respirar. Promociona tus servicios sin resultar agresivo.
Leer más